Una carta para la chica buena que lo permite todo
Vive con devoción hacia ti misma, hasta que te des cuenta de que tú eres el amor que buscas.
Querida chica buena:
Eres la chica que trata de alcanzar a ese extraño en la calle para devolverle un papel que se le cayó.
Tú eres la que, cuando vas a un restaurante, ordena los platos en tu mesa para que sea más fácil para el mesero recogerlos.
Tratas de hacer que todo sea más fácil para todas las personas.
Tú eres esa buena amiga que sabe mantener secretos y no se enoja cuando una amiga la traiciona.
Eres esa chica que es buena dando amor, pero tal vez no es tan buena conservándolo para sí misma.
Atraes a los hombres que cargan con guerras y conflictos. Sabes apoyar a esos hombres pasando por transiciones, sabes cuidarlos y salvarlos.
Algunos incluso te dan las gracias.
Pero después de un tiempo se van. Quieren el divorcio. O, quieren algo que tú no puedes ofrecerle. Quieren algo más. Y tú los dejas ir, sin pedirles nada a cambio. Tal vez no estés muy segura de merecerlo.
Si has permitido que te traicionen y has permitido que la generosidad que le entregas a otros nunca te sea devuelta, esta carta es para ti.
No debes permitir que la gente traspase los límites y te hiera. Estás en tu derecho de reclamar. De hacérselo saber.
Hay quienes, en sus peores momentos, saben aprovecharse al máximo de tu compasión.
Ellos han pisoteado tu autoestima y han hecho llover sus cenizas sobre ti.
Tal vez no te has dado cuenta pero hay una energía salvaje dentro de ti. Se concentra en lo profundo de tu alma. Escúchala. Permite que esa energía fluya a través tuyo. No tengas miedo de reclamar lo que crees que te mereces. No tengas miedo de ser tu misma y escuchar tu corazón. Debes tratarte a ti misma con el mismo cariño con que tratas a los demás y tal vez no te has permitido para contigo. Mírate en el espejo y dite a ti misma lo hermosa que eres.
Te mereces lo que quieres. Date el permiso de desear más.
Vive con devoción hacia ti misma, hasta que te des cuenta de que tú eres el amor que buscas. Rodéate de personas que te aprecien y sepan lo que vales.
Ármate de coraje y de amor para poder continuar entregándole a los demás el amor que tienes, pero sin permitir que ellos se aprovechen y crucen la línea. Aprende a trazar tú misma esa línea. Si no les haces saber a los demás donde deben parar tal vez ellos no sepan que tienen que hacerlo. Que no se pueden aprovechar.
La gente te tratará como tú te trates a ti misma. Recuerda eso.
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